sábado, 3 de septiembre de 2011

15. PINTURAS DE GUERRA


Hoy me he puesto las pinturas de guerra, tal vez porque es lunes, y necesito sentirme más segura...  Es curioso ver cómo a todos nos afecta por igual el mismo día, pues no he visto a nadie con buena cara en toda la facultad ni en el metro... Nunca me pinto los labios, y aunque me cuido bastante, no quiero que se note demasiado. Me gusta mucho caminar, y le dedico unas dos horas, tres veces por semana... Y un par de veces al mes, voy a la piscina municipal... Pero siempre sola, necesito el silencio, o el ruido, para concentrarme mejor en el ejercicio, en las peticiones de mi cuerpo, las diferentes texturas del suelo, el frío del viento en la cara, incluso las gotas de lluvia, me hacen sentir más viva...

Me parece una estupidez lo de maquillarte para ir a clase, como si te fuera la vida en ello: anti-ojeras, anti-patas de gallo, sombra de ojos, polvo base.... Al final, de tanta mierda que te pones en la cara, parece que tienes 40 años... Pero hoy, necesitaba sentirme más segura de mí misma, más... no sé... ¿madura? ¿mujer? ¿adulta?

Por eso, me he maquillado más de lo habitual en mí... Y con el jersey de cuello vuelto negro, los pantalones vaqueros del mismo color, las John Smith a juego, y la chupa de cuero, tengo un extraño aspecto, mitad Lolita, mitad gótica, pero me da igual... No me he quitado las gafas de sol en el metro, y me he aislado del mundo escuchando a “Blind Guardian” y “Evanescence”...

Y solo al sentarme en mi lugar, minutos antes de que comenzasen las clases... he abandonado mi aislamiento voluntario... para darme de bruces con la mirada de Adrián, el guaperas de la clase… En todas partes tiene que haber un gilipollas, lo sé… Y no me apetecía nada estar con él... Pero hoy, solo por variar le he devuelto la sonrisa... Tal vez sea por las pinturas de guerra...

Porque un poco de “revoco en la fachada”, como diría una amiga de mi madre, te hace sentir un poco mejor, más deseable o, en mi caso, más “normal”… Sobre lo normal hay tantas teorías como personas, porque de todas formas se refiere a nuestras relaciones de pertenencia y de referencia con respecto al grupo… En pocos lugares como en la Facultad se puede ver a tantos tipos de gente, conviviendo en apariencia de manera pacífica, aunque cada uno de ellos tiene sus territorios, y sus zonas, con dos excepciones: la Biblioteca, cuyo silencio suelen respetar, y la cafetería…

Otro lunes amargo… Otro lunes cargado de negros recuerdos, de funestos presagios, donde solo te apetece que la mañana pase rápido, volando, para volver a casa, a mi refugio, a mi cama llena de peluches, y “mi” Sinatra… Hoy necesito escuchar su voz, mágica, inconfundible, cantando “My way…” Solo con él, puedo alcanzar la paz del olvido, y dejar atrás los problemas… “A mi manera”…

No te imaginas, querida lectora constante, hasta qué punto deseo que realmente suceda así… Y que mi vida se vaya enfocando un poquito más… pero a mi manera… que pueda escoger a quién deseo amar... y ser amada…

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