Con esta historia, de alguna manera, se cierra el círculo… No me quedan palabras… ni sentimientos… Solo me queda esperar… A que ella vuelva… Y mandarle esta historia… Y esperar su respuesta…]
Como podrás suponer, esta es una de tantas historias que jamás publicaré, que se han ido derechas a los marasmos de mi archivo secreto… pero que de todas formas, tenían que ser escritas… por mí… y para ti…
Todo sería mucho más fácil, si no nos hubiéramos distanciado durante las últimas semanas, no sé si ha sido por culpa de tu trabajo… o porque has adivinado, de alguna manera, los confusos sentimientos que has generado en mí…
Claudia… lo siento, pero ya no puedo estar más tiempo lejos de ti… y permanecer en silencio… No… no puedo ni quiero callarme… Pero al mismo tiempo, tengo miedo de tu rechazo, de que encuentres alguna excusa, para no responder al teléfono, o abrirme la puerta, si voy a verte… Además, siempre cabe la posibilidad de que te hayas ido a uno de tus larguísimos viajes por media España, y demasiados paises extranjeros…
Por eso, te he comentado un par de veces que estaba pensando en convertir en novela los artículos de mi blog y, como sé que te gusta leerlos, te he pedido que leyeras la primera copia… Es cierto, vivo en una dualidad… Por una parte, sueño que estoy contigo, que me puedo mostrar tal y como soy, tal y como siento, a tu lado… Y que tú sientes lo mismo… Que los roces furtivos mientras vemos una película en el cine… O las sutiles caricias al pasear juntas por el Retiro… Incluso la forma en que de vez en cuando me miras cuando piensas que yo no te estoy viendo… O mil y un detalles que creo detectar en ti revelan mucho más que las palabras… Y de verdad sientes algo por mí… aunque por alguna extraña razón, no te atreves a decírmelo…
La segunda posibilidad sería que necesites alejarte de mí… porque no sientes nada por mí, salvo una molesta incomodidad… Que te has dado cuenta de mi enamoramiento… Pero que no sabes cómo decirme que salga de tu vida…
Por eso, te escribo esta historia… Para retirar el último velo… Que puedas saber lo que siento, y desde qué momento… Cómo me he ido enamorando de ti, lenta, dulcemente, sin darme casi cuenta de lo que estaba pasando… Pero hoy, no me queda más remedio que permitir que la verdad salga a la luz… Y esperar, de alguna manera, tu respuesta…
Sabes, Claudia… Durante estas semanas lejos de ti, he ido atando cabos… He localizado a Isabel… Y me he acostado con “mi Antonio”… Pues, al volver de su estancia en Londres, hemos quedado en su casa para merendar… Bueno, al menos, esa era la idea original… pero de todas formas, creo que los dos lo estábamos deseando, ya desde el curso pasado…
Ha sido algo hermoso, dulce, tremendamente dulce, y sensual… Los dos, acariciándonos sin pudor alguno en su dormitorio, y haciendo el amor lentamente… “Mi Antonio” es un amante tierno, comprensivo… Por unos instantes, creí que era él la persona adecuada para mí, y que yo era perfecta para él… Sus suaves embestidas me hacían enloquecer de placer… Pero entonces, justo cuando los dos alcanzábamos el orgasmo… He gemido tu nombre… Y he imaginado vívidamente lo que sentiría al hacer el amor contigo, Claudia… Al despertarme a tu lado una mañana… O compartir una cálida y espumosa bañera…
Soy una trapecista que salta sin red, sobre el vacío, a la espera de que tú me salves… del olvido… Esperaré, por lo tanto, callada… y enamorada… tu respuesta… querida lectora constante…
No hay comentarios:
Publicar un comentario